12.10.10

Día H, segunda parte.

Esta vez me gustaría lanzar la pregunta... ¿Qué pasa con la bandera de España? ¿Es de verdad nuestra bandera?

En días como el que viene mañana se podría decir que sí, pero no más que cuando la selección juega algún partido o torneo importante, aunque por casi todos es bien sabido que lucir la rojigualda es sinónimo de conservadurismo, e incluso de fascismo.

¿Pero por qué?

A mí no me gusta tampoco que se conserve una bandera que durante casi 40 años fue el símbolo de una penosa dictadura, y me encantaría como al que más que se cambiase por una con algún toque púrpura y sin sangre azul ni títulos nobiliarios obsoletos e inútiles, pero también me gustaría que la actual no tuviese las connotaciones que recaen sobre ella, porque es como negar el derecho de libertad a levantar una bandera que para cada uno de los 47 millones que vivimos en este pedazo de tierra representa de una forma distinta. ¿Por qué no?

No hay comentarios: