12.1.11

La Bestia de muchos colores.

Hacía ya tiempo que no escribía nada, el temprano y fugaz éxito hizo que olvidase las páginas que aún quedaban en blanco al pasar las ya escritas convertidas en billetes. Me sentía sucio, ¿a mí ésto? Yo nunca había querido que rostros anónimos me reconocieran, ni que al meter las manos en los bolsillos salieran papeles de colores. ¿Por qué me sentía tan cambiado?

Desde aquello nada fue a mejor, pero tampoco tan mal... supongo que descubrí el veneno a tiempo y pude chupar la herida y escupir algo. Tiré la ropa nueva, baratijas y caprichos... todo, o al menos todo lo que no me había tirado a mí al predecir la inminente decadencia, al oler una cartera que adelgazaba paulatinamente.

Heme ahí, en mi vieja y descuidada casa, solo, igual que antes, igual que al principio, que antes del principio.

Esbocé una sonrisa hacia mí mismo, ya casi estaba hecho.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una bestia sangrienta como ninguna.