10.4.11

No soy yo.

Todo estaba mezclándose, no ahí fuera, sino en la coctelera de mi cráneo. Era todo, palabras sueltas y democracia y chancletas y palos rotos y… no sé, quise llorar las palabras y sólo salió sal, quise vomitarlas y sólo salió bilis, quise escribirlas y la tinta impregnó de azul mi mano izquierda.


Creía que lo había visto, bueno, creo que lo creía, pero más tarde me di cuenta de que no eran más que luces bailando y engaños de la cerveza. Aunque… pensándolo bien, fue real. Puedes intentar convencerte de lo contrario pero en el fondo… en el fondo no es más que un insulto a tus oídos susurrado desde dentro.

Quiero sonreírme, y, de hecho, lo hago. Me siento a tomar el aire y lanzo balones naranjas a las palomas que se cruzan por mi camino. Miro a la gente. Respiro. No, no me gusta… ni siquiera puedo guiñarle un ojo al espejo. No hay más, no tenía que decirlo, todo estaba mezclándose y a nadie parecía importarle.

No hay comentarios: