27.7.11

Sueña, sueña, sueña...

Me levanté de la cama y todo parecía normal, me di una ducha caliente, mojé un par de galletas en café y salí a la calle. Todo era normal. Los coches hacían ruido mientras exhalaban bocanadas de humo gris, la gente miraba al suelo mientras avanzaba con premura hacia sus puestos de trabajo. Los niños en el colegio. El cielo estaba azul... no tan azul como en cualquier día de agosto, sino más bien con pinceladas de blanco y gris que advertían de la inminente llovizna del mediodía a la que estamos tan acostumbrados. El día pasó con normalidad. La comida... normal, nada cuscús, ni de esa verdura extraña... ¿cómo se llamaba? ¡Ah, sí! ¡cabolla! nada de cabolla. Arroz. Arroz con pollo. Algo de pan. No hay tiempo para postre, vuelve al trabajo ¿no? Lo normal... Salir y decir-¡Qué día tan normal y tan satisfactoriamente dentro de lo común!- Llegar a casa. ¿Pantalones? ¡Fuera pantalones! ¿Zapatos? ¡Fuera zapatos! ¡Siéntate en el sofá! ¡Enciende la tele! Cena una ensalada... ¿tal vez una peli? Ya me encontraba cansado de tanta normalidad... quizás podría... dormir... dormir un poco... descansar... mañana será... mañana será otro día... zzz... zzz...

Volví a los colores brillantes y las luces parpadeantes y los extraños animales flotando y brincando y cantando y esa alfombra que se tambalea, el espadachín de un solo brazo, los wookiee con bikini rosa... ¡Menos mal! Todo este tiempo había estado despierto, sólo había sido una realidad...

2 comentarios:

Lobo de Bar dijo...

Soñar despierto también ayuda.

Bueno, y pillarse una buena toña ni te cuento :p

Anónimo dijo...

Tenía tiempo sin visitar tu blog, vaya sueños!