17.2.12

A solas con un ritmo.


Anoche le hice el amor a una botella y luego me dijo que se lo hiciera a ella, allí mi pez… encuentra el centro neurálgico, está justo ahí, lejos de esa gente que tiene fe en ti sólo por ser escritor de palabras, la que te hace pensar que lo que dices sirve para algo… como ser un jovial poeta inglés que se levanta a las ocho porque no le gusta madrugar demasiado, coge un título cualquiera de Orwell y se prepara una taza de té y un verde de su colega Samir, de Camden… el resto del día lo pasa asomado a la ventana viendo caer la lluvia al son de los Jethro Tull.

***

Yo, sin embargo, sólo soy adicto a ti, a las pizzas hawaiianas y a los kebabs turcos del Imperio Otomano, porque me gusta todo eso… pienso que la Naturaleza está desprovista de la dualidad bien/mal, y por eso veo que los humanos no somos naturales, no pertenecemos a este mundo. Siento mis palabras, pero esta vez es culpa de esta luna que me ha puesto negro el corazón, y yo, que quería una de esas sonrisas dientes-de-gato y viajar en el gatobús a otra constelación muda. En una casa que era media naranja a la que se le había cortado un gajo para servir de templo de Janos, el viento se agitaba eufórico, por llevar tantos adornos… decía: “me he cruzado con mi camino y… me ha dicho que ya no sabe por dónde llevarme…” Yo mientras meditaba acerca de lo que hacían con los peces del lago ahora en invierno, cuando se congela… todo son desperdicios en cuadernos llenos de tonterías… pingüinos con gafas que beben ginebra de una pecera, sin que nosotros sepamos si comemos perdices o estamos en la horca, o en cualquier rebaño, que es lo mismo. Ahora parece que ya han vuelto las cigüeñas, mis sonrisas aladas… y lo demás está en blanco.

Kazav

1 comentario:

vErdE! :) dijo...

ah!

....Me acabo de cuestionar comentarte por no poner stredist imingerttttt, parece un hechizo... :)