13.11.13

Oso hormiguero.

         —Conocí conocí a un tipo —dijo García desde el taburete frente a la barra—, creo que se llamaba Baum o algo así, era astromecánico, se dedicaba a arreglar estaciones espaciales y esas cosas. Me contó —dio un largo trago a su vaso de vino— que una vez estaba ajustando unos paneles y toqueteando unos manguitos a gravedad cero, con su traje de astronauta y todo, cuando vio pasar a un oso hormiguero con escafandra flotando por ahí. Eso me ha hecho pensar… ¿Cuántos osos hormigueros estarán en órbita en este mismo momento? o sin ir más lejos ¿Quién será el que les pone todas esas escafandras adaptadas? Hay tantas preguntas y tantas respuestas que no existen… Es como aquello de si un árbol cae en medio del bosque y no hay nadie para oírlo, pero así con todo —apuró los últimos sorbos de vino y pidió otro— ¿Qué me importan a mí, después de todo, los osos hormigueros estén donde estén? ¿Sabes? Tal vez para un biólogo amazónico pueda resultar un tema de una trascendencia terrible, pero para mí, que sólo soy un humano que está aquí, ahora, contigo, hablándote de todo esto, no deja de ser más que una mera anécdota curiosa que no cambiará tu vida lo más mínimo, si acaso en que a partir de ahora podrás decir que conociste conociste a un tipo que conoció conoció a un tipo que era astromecánico y no sólo eso, sino que además vio a un oso hormiguero flotando a cuatrocientos kilómetros sobre la Tierra que, por si fuera poco, llevaba escafandra. Es tan difícil y al mismo tiempo tan sencillo explicar todo esto… Quiero decir que nada importa de veras, si acaso unas cuantas cosas como el amor y la felicidad y el poder llevarse algo a la boca de vez en cuando. Incluso se podría prescindir de las dos primeras si uno se conforma con la supervivencia neta. El caso es: ¿Por qué preocuparse entonces? Si puede haber osos hormigueros en el Espacio, quién te dice que no puede haber uno justo detrás de ti justo ahora, o tal vez uno muy pequeño alojado en tu cerebro o en tu menisco, quizá cientos ¿Pero sabes qué? Si uno ha de preocuparse por los osos hormigueros también tendría que hacerlo por la recogida de basura y a nadie le gusta tratar con todo eso. Y no les culpo, a mí también me gusta pensar que soy hijo del viento y los ríos criado por árboles y ovejas y lobos, con el mismo fuego aquí en el pecho que el que hace arder el Sol, y cuando pienso estas cosas me olvido de todos los osos hormigueros o baobabs que puedan estar flotando o creciendo por ahí y se me pone una sonrisa joroschó.

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