25.1.11

La luna sobre Umbrella.

-Cuánto tiempo sin pasar por aquí-pensé, toda la plaza estaba igual que siempre. La misma luna que intentaba esconderse entre las pálidas nubes, las mismas gotas de lluvia entre los adoquines que centelleaban a la luz de los dorados faroles de siempre, el mismo gran paraguas.


Sin embargo, y esto es muy frecuente, no era del todo la misma plaza. Bueno, la misma plaza sí que era, pero, como para casi todo, algo había cambiado.

Habíamos comprado unas cuantas cervezas en el Campever’s para bebérnoslas en Umbrella Square, como siempre, bajo el gran paraguas.

A medida que la noche pasaba, el halo de la luna y las estrellas se iba haciendo cada vez más denso, y cada uno de los pocos que éramos en un principio iba abandonando su lugar para recorrer distintos bares en busca quizá de más acción o bebidas más fuertes. Pronto sólo quedamos Tiger Lily y yo.

No hablábamos de nada en concreto, las mismas palabras de siempre que, aunque sorprenda, eran siempre especiales y borrachas de cariño por su propia vida, por el mero deseo de que nunca dejásemos de pronunciarlas.

No recuerdo el momento en el que la vi… ¿quién si no iba a poder presentarse en una noche como aquella? Lorraine siempre aparecía cuando ya había conseguido olvidarme de ella. El corazón me dio un vuelco. Odio esa expresión porque a menudo se usa como hipérbole sin sentido, pero esa vez, como ya algunas otras, el mío intentó salirse de mi pecho, agitándose después con furia y escupiendo sangre ardiendo hacia mis sienes.

Intenté desviar la mirada -¡que no me vea!-pedí en silencio a las estrellas. Pero ya era tarde, ya estaba junto a nosotros blandiendo una desnuda botella de vino con tan sólo unos tragos en el fondo.

Nos saludamos y empezamos la misma conversación de siempre… ¡Cuánto tiempo! ¿Qué tal te va todo?... yo intentaba en vano no desearla, pero me resultaba imposible. Es ese brillo en los ojos que tal vez alguno ya habréis visto en otra persona. Ese vacuo resplandor a la vez tan lleno de pequeñas sensaciones en los dedos, de cuerdas invisibles que alzan las comisuras de los labios para esbozar una tímida sonrisa. Poco a poco nos fuimos quedando solos. Ella se levantó y me incitó a que la siguiera. Estaba claro que Tiger Lily no estaba invitada, y yo le consulté con la mirada qué debía de hacer. Me animó. -¡Ve con ella!-dijeron sus ojos titilantes.

Todo desapareció. -¿Qué carajo estoy haciendo?-dije para mis adentros. Me levanté, cogí a Lily de la mano y me alejé de Lorraine.

-¿Qué pasa, Paul? ¿Qué haces?-me preguntó Lily
-Sabes que llevo ya mucho tiempo esperando este momento.
-¡Por eso!-contestó-¿Qué haces desaprovechándolo aquí conmigo? ¡Ve! ¡Ve con ella!
-No digo ese momento. Tú estabas aquí, estás ahora, y sé que estarás después… y también sé que ella no estará cuando volvamos… nunca está.

22.1.11

Psicodelia aplicada.

Saqué con inesperado poco esfuerzo un pie envuelto en un calcetín untado en fango... aquello apestaba. Debería cortarme las uñas -pensé- pero no hay nadie alrededor que me vea, así que tampoco me urge demasiada prisa en acicalarme un poco.

Es sencillo, programación básica llevada al límite por algoritmos empapados en café y cerveza. Se cae, se cae... no pasa nada, era paracaidista, sabe usar su viejo culo para evitar daños.

Hoy tenemos el cuello muy largo y la cabeza oscila colgando a la altura del ombligo. Otros están verdes de envidia de conseguir sólo con drogas lo que nosotros soltamos gratis.

Ahora dime... ¿Qué pasó con las glándulas?

21.1.11

Con los pies en el pantano.

Aún quedan un par de semanas de páginas en blanco que esperan ser manchadas con alguna que otra locura más... pero, en fin, no es culpa mía.

Espero que siga todo igual cuando vuelva, porque no pienso trabajar nunca más en la granja de Maggie.

13.1.11

Por siempre joven.

Curioso concepto el de juventud, según la R.A.E, es la edad que se sitúa entre la infancia y la edad adulta, también el estado o conjunto de jóvenes, así como los primeros tiempos de algo; pero la quinta definición que se ofrece, energía, vigor, frescura, es quizá la que mejor representa la idea de juventud que yo, como seguramente mucha más gente, tengo en la cabeza.

Es agradable como pocas cosas el ver a un viejo del que se diría que madurase ya, que vive según sus convicciones, impasible al tiempo, que no actúa acorde con su edad.

Y es que, siempre se dice eso de que la edad sólo es un número, pero casi siempre por boca de niños que quieren ser adultos, pobres inocentes... ser niño es lo mejor, cualquiera querría ser una suerte de Peter Pan entre indios y piratas, pero, lamentablemente es algo que tiene que pasar, algo que debe quedar atrás. Por suerte, esta regla no se aplica a la juventud.

Vive como un niño todo lo que puedas, el siguiente paso no es tan difícil como parece y puede que incluso más emocionante. Ser joven es descubrir, experimentar... jugar en la cancha de los mayores. Vivir para siempre.

12.1.11

La Bestia de muchos colores.

Hacía ya tiempo que no escribía nada, el temprano y fugaz éxito hizo que olvidase las páginas que aún quedaban en blanco al pasar las ya escritas convertidas en billetes. Me sentía sucio, ¿a mí ésto? Yo nunca había querido que rostros anónimos me reconocieran, ni que al meter las manos en los bolsillos salieran papeles de colores. ¿Por qué me sentía tan cambiado?

Desde aquello nada fue a mejor, pero tampoco tan mal... supongo que descubrí el veneno a tiempo y pude chupar la herida y escupir algo. Tiré la ropa nueva, baratijas y caprichos... todo, o al menos todo lo que no me había tirado a mí al predecir la inminente decadencia, al oler una cartera que adelgazaba paulatinamente.

Heme ahí, en mi vieja y descuidada casa, solo, igual que antes, igual que al principio, que antes del principio.

Esbocé una sonrisa hacia mí mismo, ya casi estaba hecho.

11.1.11

Se acabaron las contemplaciones.

O quizá mejor sería decir que se acabaron las vacaciones... todo está bien, pero el inminente stress pre-exámenes ya me está estresando.

No tengo ningún relato que quiera publicar de momento, ni una película que ya haya visto tantas veces para poder hablar de ella sin tener que arrepentirme como ya me sucedió antes, ni siquiera quiero poner aún la que sería la canción de apertura del 2011...

Sólo quiero volver a la poco rutinaria rutina que se vive por aquí, y volver a escribir -espero que un poco mejor que antes-.