Todo sigue pareciéndome extraño. Nuestras formas de mentir,
nuestras formas de llorar, nuestra dificultad para pedir perdón… ¿sabes? somos
fruto de las sinvergonzonerías de nuestro alrededor y, otra cosa no, pero yo
soy especialista en perder el tiempo.
No es que como propósito de año nuevo me haya prometido no
enamorarme, sino que sé que no lo voy a hacer, por lo menos durante un tiempo,
no esa clase de amor. Tengo pendiente todavía escribir muchas, muchas páginas
antes de hacerlo, también tengo un buen puñado de libros en la estantería
haciendo ejercicios de calentamiento… luego iré a donde sea, y quizá entonces
me enamore.
Ya oigo el rítmico caminar de mis bambas en asfalto, ya noto
el peso de una mochila y una guitarra a la espalda bajo el sol, el pasar
páginas tumbado en la proa de nuestro velero, digo el de Thiago, Howard y mío,
aún no sé qué nombre ponerle… algo que surque las aguas con un silbido en plan Hey, Joe y que suene otra canción para
cambiar de párrafo. Ése es mi secreto a veces. Me imagino con las manos
callosas por el roce de los cabos, y las lluviosas noches de pánico a la luz de
un candil tembloroso, pero no me asusta, pues también veo el azul sobre el azul
sembrado de blancas nubes cantando las canciones de hombres con golondrinas en
el pecho que viven sus muertes en el fondo del Océano. Por supuesto que oigo el
caminar de mis gastadas bambas en el asfalto.
No sé lo que pasó exactamente. Me refiero a todo en general,
a todo lo que recordamos. Cuando alguien dice que parece que fue ayer… a mí
nunca me lo parece, no sé, quiero decir… lo que parece es que no pasó nunca. Y
nosotros estamos convencidos de que sí. Supongo que podemos estar seguros
porque hay más gente que coincide con nuestros recuerdos en menor o en mayor
medida, no lo había pensado antes, son cosas que se me ocurren ahora.
Porque es un hechizo eso del escribir, cómo se activa la
mente y te saca del espíritu cualquier cosa, digo CUALQUIER COSA a través de
las yemas de los dedos. Y ni siquiera deja un cosquilleo ni nada… sólo palabras
escritas, incluso, a veces, parecen cobrar sentido. Yo no sé si esto le dice
algo a alguien por ahí fuera… está en mi cabeza, como mucho entre las paredes
del cuarto donde escriba… me estoy haciendo un lío… lo que quiero decir es ¿Qué
le dicen mis palabras a cualquiera que las lea? Porque no creo que sea lo mismo
que me dicen a mí… cuando sea nos tomamos algo y discutimos acerca de este
asunto.
Cavilo… cavilo, cavilo… me gusta esa canción.