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6.11.11

Poemas taciturnos esperando al sol.

En cierto modo me gusta la suciedad. No en el sentido estricto de la palabra, lo estricto es serio, me refiero al sentido espiritual de suciedad.
Suciedad significa que ocurren cosas, y nunca se repiten demasiado, se suicidan con gusto para dejara paso a nuevas cosas. La NATURALEZA es sucia y ser limpio es aburrido.
Yo aprendí de los animales antes que a correr. Yo ya me imaginaba historias antes de vivir ninguna. Yo ya gasté muchos bolis, y no sólo eso, también os robé alguno para terminar... esta frase.

*  *  *

¿Habrá de verdad gente en el mundo muriéndose de hambre por su ARTE? Me refiero a ahora mismo. Yo tengo suerte y unos padres que me cuidan como... eso, padres, pero tal vez incluso mejor.
Es todo una locura, ¿de qué viviré yo? y no lo digo desde la vagancia y el parasitismo, lo digo desde el suspiro del artesano inválido en su menester.

*  *  *

El tiempo pasa muy despacio ahora, puedo verme surcando el ya irritante tópico de los ríos de tinta. Veo cada árbol en la orilla, cada tronco muerto atorado entre las rocas fluviales. Si estas líneas no avanzan más deprisa no voy a tener tiempo para llegar al mar, es decir, al final. Es curioso que el final, o la muerte, se relacione con algo tan inmenso. Como la NADA que no es tan diferente del TODO.

*  *  *

Campanas en el templo, como los brindis en un bar. Billy el niño al galope por Nuevo México, hace tiempo que esquivó aquella bala. Cabalga por la tierra de Frisco, de Jack London, la tierra de sangre y ferrocarril. La perrera del dios PRISMA DE LUZ y sólo un par de ojos.

*  *  *

No puedo evitar al cerrar los ojos verme tumbado en un prado orientado al oeste, bajo la sombra de un roble mirando aquellos ojos, castaños y de todos los colores y todas las almas que puedan caber en unos sencillos ojos humanos.

*  *  *

Tal vez sea mejor dejarlo por hoy, parecía hace un rato que era mañana... ¿o era ayer? Da igual, el sol me ha vuelto a alcanzar con los párpados abiertos. Yo pienso que es de mala educación acostarse antes que la luna, que es la única que nos aguanta por las noches mientras la ignoramos.

Línea final, punto.

19.10.11

La pluma sobre Frisco.


Recuerdo en una ocasión, hace muchos años… sí, muchos. Ni siquiera fue en esta vida. Cabalgaba yo por rojas praderas sobre mi caballo indio Frisco, con su cuero blanco tan impuro y bello, impregnado de difuminados lunares grises como las estrellas tristes y de grandes manchas geográficas de color pardo. Entre las negras crines había enganchado cuentas y botones, trenzas verdes, azules, amarillas, y una gran pluma de águila. Que una pluma de águila adorne las crines de un caballo significa para mi tribu grandes honores, pero, y esto es un secreto, lo cierto es que nosotros, Frisco y yo, somos forajidos, desterrados, y nuestra pluma, es robada. Cabalgaba con un veloz galope, cabalgaba para huir. Si nos atrapaban, mi cabellera se colgaría sobre la hoguera ceremonial, y el pellejo de Frisco serviría de alfombra para el Gran Jefe. Aún oigo el rítmico galopar de Frisco, aún lo siento, pero abro los ojos y mi montura se torna balsa de palmeras en un verde mar de furia.  Siento aún el galope en mis oídos, tanto como la sal del agua mojando mi cara, pero abro los ojos y mi caballo tornado en balsa ahora ha tornado en trono de mimbre. Mis dedos se precipitan entre un negro teclado conformando un camino de letras sobre una blanca luz. Parpadea aquel soldado negro, firme siempre aunque fútil. Soy un jinete navegando entre palabras y no logro saber si de verdad estoy aquí. Me alegro de haber robado aquella pluma, no es sólo una simple pluma.




*dibujos propios.