Ya no veo tu reflejo, y mis labios están secos desde que no los besas.
He conocido muchos borrachos en mi vida, unos buenos, unos malos... algunos ni siquiera en persona y muchos incluso eran yo mismo haciéndome el loco. Y a lo que quería llegar era... que no me acuerdo por qué empecé a escribir esto.
Casi tengo un "John Lee Hocker" delante, ésta vez sólo es un ron y una cerveza, pero no dejo de pensar en ella y, ojo, que que el que no haya hablado de ella no significa que alguna vez hubiese abandonado el cómodo, o incómodo por repleto, alojamiento en mi cabeza.
Ya lo dije otra vez, la necesito, la necesito, la necesito. Pero parece que es imposible. Somos dos personas diferentes al resto, y por eso el resto piensa que somos iguales, pero la verdad es que dentro de nuestra distinción somos muy diferentes, y eso... ¡ay! ojalá fuese mía. Porque lloro sólo de pensar que existe y no está entre mis brazos. Y gastaría mil páginas y mil litros más de ron para que ella me amase, no como ahora, sino de verdad.
Yo he escrito muchas más páginas de las que tú has vivido. Y el mimbre no dice nada, punto.
Estaré borracho, pero, de momento, escribo con buena letra y gramática, y aún no me han roto un diente.
Acabo de hacerlo, y, que conste, vomito cuando quiero. ¿Qué hay de malo?
Vomitar y ya está. es gracioso...Y pa' encima luego puedes seguir bebiendo como si nada. Sonaba Joe Cocker mientras bebía, vomité con él, y volví a empezar con él. Habrá que comprar su nuevo disco en octubre ¿no? En fin... hoy me apetece borrachera decadente, depresiva y solitaria -ya la estoy viviendo, por cierto- Y NADIE ME LA VA A QUITAR.
Me gusta esa botella, y ese vaso, y The Doors abriéndome las puertas de la percepción. Sin esa cosas no escribiría tanto, y si eres tan carapijo que te gusta lo que lées aquí... es que... ¡Qué ciego, mama! ¿Puede ser de verdad esto el final?
Ojalá llueva... porque estoy en una de esas fases en las que suena Dylan y meas desde la terraza... ¿semejante idiota habráse visto?
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1 comentario:
MEar desde al terraza siempre es la guinda en el pastel de una borrachera inolvidable, od e esas que te acuerdas de la mitad, no me acuerdo bien.
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