31.12.10

Última entrada de la década.

Ya van muchos años que comienzan con propósitos y deseos, en lugar de eso, creo que lo mejor sería echar una última mirada atrás a este 2010 que ya exhala sus últimos suspiros.

¿Qué hice nuevo que no haya hecho en ningún otro año? La verdad es que no mucho, pero sí que puedo notar la evolución en mi vida, creo que algo más de la mitad de las cosas en torno a ella fueron a mejor, y no pasé demasiados malos momentos. He descubierto cantidad de cosas nuevas y pretendo seguir haciéndolo durante el 2011.

El espíritu del hombre se alimenta de nuevas experiencias.
Christopher McCandless
Tal vez me faltó un buen viaje, hice un par de amagos, pero este año que entra, y no es una promesa sino una aventura ya planificada, haré al menos uno al extranjero.

El año pasado pedí que el 2010 no fuese peor que el 2009 y, de hecho, ninguno fue para mí un año malo. Este año quiero ser más optimista y pedir lo mismo con otras palabras, que el año que viene sea tan bueno o mejor que éste que ya termina. ¿Y qué mejor forma de terminarlo que con BB King?

26.12.10

Quiero que estés atento...


Todo efecto mágico consta de tres partes o actos. La primera parte, es la presentación: el mago muestra algo ordinario, una baraja de cartas, un pájaro o una persona. El mago lo exhibe, os puede invitar a que lo examinéis, para que veáis que no hay nada raro, que todo es normal. Pero claro, probablemente no sea así. El segundo acto es la actuación: el mago, con eso que era ordinario, consigue hacer algo extraordinario. Entonces intentaréis descubrir el truco, pero no lo conseguiréis, porque en el fondo, no queréis saber cuál es. Lo que queréis es que os engañen. Pero todavía no aplaudiréis. Que hagan desaparecer algo no es suficiente, tienen que hacerlo reaparecer. Por eso, todo efecto mágico consta de un tercer acto, la parte más complicada de este acto, es el prestigio.
Hacía ya tiempo que no escribía nada sobre cine, y en cuanto vi Origen de Christopher Nolan supe que si buscaba una buena película sobre la que escribir ya la había encontrado. Lo difícil era escribir algo con sentido, evitando spoilers, e investigando algo más de lo habitual. Explorando un poco en su poco abultada filmografía, di con una pequeña respuesta con el revisionado de El Prestigio, pues no es difícil ver la relación entre ambas películas si, como repite y repite Alfred Borden (Christian Bale), uno está atento.

Se puede tomar El Prestigio como una buena película, pero que no es del todo fiel a sí misma, ya que se trata el tema del secreto de los trucos de magia, un secreto inconfesable para un mago. Si se entiende que una película es un truco de magia, y el director y escritor de la misma -en este caso coescrita junto con su hermano Jonathan- es el mago, no me parece comprensible que al final de la misma se revelen los trucos que utiliza. Por ello ésta es quizá una historia fallida.

Pero Nolan consigue su prestigio en Origen, donde construye un verdadero espectáculo de magia y engaño, sin dejar de mostrar las cartas, aunque distrayendo al espectador para que de verdad el truco haga su efecto.

No es cierto para nada que se deje un final discutible, no termina su película para dejar que el público decida el final. Lo que ocurre es que tienes que estar atento.



22.12.10

Escribir es conocerse a uno mismo.

(...) El papel soporta mentiras (digamos fantasía) pero no incongruencias.
Pepe Monteserín.
*Extracto de la nota personal que hizo que empezase a escribir.

19.12.10

Un poco de alcohol y gentuza.

Y es lo que toca, aprovechar el tirón.


El alcohol verdaderamente no me inspira, o al menos en el sentido que la gente espera. Lo que realmente me inspira es la resaca. Esos momentos de enfermedad y amnesia que deprimen aunque se sepa con certeza que fue una gran noche.

La gente es alcohólica por integrarse en la sociedad, yo no soy tan diferente, siempre bebí porque es lo que vi desde que tengo memoria, pero no puedo evitar pensar en que lo mío es diferente.

¡Qué coño! Soy igual que los demás, que tú, que tú y que tú, sentirse diferente es creerse mejor y especial. Lo siento si lo sentías, eres igual de ruin que nosotros los demás, otro despojo, pero oye, no eres tan malo, supongo que por eso de que el resto sí lo sea.

Haz caso a tu padre, deja de decir que vas a hacer tantas cosas y hazlas de una puta vez –esto último me lo digo yo desde la boca de otro cualquiera, todos necesitamos sentirnos bien-.

18.12.10

Desconocido cualquiera.

Una vez lo vi, en un bar ¿dónde si no? Estaba solo en la barra, yo también por cierto, se pedía una cerveza con un libro en la mano y dejaba que la espuma se fuese disipando y todas las burbujas se liberasen en el aire.


Pasaba las páginas pausadamente, nunca mojaba su dedo en saliva para ayudarse, leía y leía, y sus ojos iban de izquierda a derecha sin detenerse en algún punto vacío.

Yo, sin embargo, me limitaba a observar bebiendo una cerveza tras otra. Nada de botellas, me sentaba al lado del grifo y dejaba que el camarero practicase con vasos calientes y recién lavados.

¿Quién era? Porque hasta que no me desperté al día siguiente con mi dolor de cabeza y mis gargajos en la garganta no me di cuenta realmente de que había pasado la noche envuelto en humo de vainilla y zumos de cebada mientras ponía el ojo en un desconocido cualquiera, interesante.

No se lo dije a nadie, yo siempre he odiado que alguien me dijese que había conocido a alguien interesante, me siento mal, e infravalorado. Es normal que una persona como yo se infravalore, a veces demasiado, pero cuando alguien te dice que no llegas a ser tal como creías, realmente te cuestionas si no estás haciendo el gilipollas con tantas palabras y puntos y comas, alguna exclamación de vez en cuando, pero siempre un interrogante que te dice ¿por qué?

No le volví a ver, pasé un par de noches en la misma tasca de siempre esperando que entrase por aquella puerta, abriese su libro, pidiese una cerveza y la dejara morirse. Pero nunca apareció.

No le echaré de menos ¿por qué? Las amistades están ensalzadas, un desconocido no me va a quitar el sueño.

Pero sigo aquí, con mi cerveza y mi pluma, pensando en que ahí fuera hay más gente, y no la sé ver.

17.12.10

No sé.

(...) Odio estas depresiones, porque son los únicos momentos en los que de verdad escribo... no quiero que dentro de muchos años alguien lea ésto y piense que soy un tipo triste... creo que soy feliz, y mi vida hasta ahora ha sido fácil, pero complicada, rara, no sé cómo explicarlo, todo el mundo se divierte, disfruta, hace cosas... y yo no sé participar en ello, no sé tantas cosas... no sé vivir como lo hace todo el mundo... no sé nada.

Más puntos suspensivos...

11.12.10

Lonesome Town.


Hay un lugar a donde los amantes van
a llorar sus problemas
y lo llaman Ciudad Solitaria,
donde están los corazones rotos.

Puedes comprar un sueño o dos,
que te duren a través de los años,
y el único precio a pagar
es un corazón lleno de lágrimas.

Yendo a la Ciudad Solitaria,
donde están los corazones rotos,
Yendo a la Ciudad Solitaria,
para llorar mis problemas.

En la ciudad de los sueños rotos,
las calles se llenan de pesar,
tal vez en la Ciudad Solitaria,
pueda aprender a olvidar.

Baker Knight

10.12.10

Un largo camino.

-Lo siento señor, no puedo dejarlo subir, está usted borracho.
-¿Borracho?... Sí... bueno... verá... es que me dan miedo los aviones.
-¡Pero si ésto es un tren!
-Eso... ¿Y si se nos cae uno encima?

8.12.10

John Lennon 30.

Tal día como hoy, en la esquina noroeste de la calle 72 con Central Park, de Manhattan, un Mark David Chapman de 25 años esperaba a la salida de John Lennon de su domicilio en el Edificio Dakota.

John, se dirigía junto con su esposa Yoko Ono a una sesión fotográfica para la revista Rolling Stone con la célebre fotógrafa Annie Leibovitz, de aquella sesión saldría la considerada como mejor portada de revista de la historia; antes de entrar en la limusina, estrechó la mano de su inminente verdugo, además de firmarle una copia de su último disco, Double Fantasy.

Al volver, ya de noche, a punto de entrar en el edificio, oyó un grito -Mr. Lennon!- y recibió el impacto de 5 balas en la espalda y el hombro, una de las cuales le perforó la aorta.

30 años después, ya sobran las palabras acerca del chico rebelde de Liverpool conocido por todos, el Beatle, el Quarrymen, el Working Class Hero, el pacifista... otra persona más que se fue dejando más de lo que se llevó.


De símbolos mal empleados ☮ (II).

Desde hace ya tiempo me llama la atención y me turba la confusión que se sufre en torno al símbolo de la paz, generalmente por parte de niñas pseudo-hippies de las archiconocidas redes sociales.

Este error es más calamitoso incluso que el que ya expuse hace más de un año, en referencia a la bandera pan africana como icono del movimiento reggae, aquí se confunde el signo de una época, una generación, una ideología; con el de una marca de automóviles, Mercedes-Benz.


Y puede que sea un simple palito el que falta, pero denota una clara ignorancia que, lo siento si sueno arisco o intransigente, pero llega a repugnarme.

Ya como curiosidad, el símbolo de la paz que (casi) todos conocemos fue diseñado originalmente por Gerald Holtom en 1958, como logo para el desarme nuclear. Tiene dos significados aceptados, el primero es la combinación de las letras N y D (Nuclear Disarmament) representadas en el alfabeto del semáforo; aunque en 1967, el propio Gerald declaró que se había dibujado a sí mismo, con los brazos abiertos de forma desesperada, inspirado en Los Fusilamientos del 3 de Mayo de Goya.


Quizás la única relación que pueda encontrar entre estos dos símbolos sea la inacabada canción de Janis Joplin, Mercedes Benz.

7.12.10

El Molino.

Todo era muy oscuro, sólo podía percibir la presencia del que suponía mi compañero de aventura, una luz se encendió distante, y pronto advertí que estaba en un gran laberinto, una inmensa ciudad construida con barriles de madera. El suelo estaba sucio y encharcado, se oía el incesante correteo de algunos roedores, y bajo nuestros pasos crujían los huesos de los que ya hacía tiempo que habían muerto.

Caminamos durante horas, o eso me pareció a mí. Mi acompañante no era muy hablador, ni yo tampoco, por cierto, me asustaba su etéreo rostro difuminado por la neblina que se formaba cuando respiraba entrecortadamente. Pensé en preguntarle por qué caminábamos, o dónde estábamos, o qué carajo estábamos buscando... digamos que, una vez más, no encontré el momento.

Mientras pensaba en mis últimas aventuras por el mundo, y en cómo coño habíamos llegado a este maldito sitio, dimos con un gran molino, un molino gigante, enorme. Sus aspas crujían mientras se movían lentamente a trompicones y, como el resto de la ciudad, era enteramente de madera.

Entramos, el interior estaba custodiado con un eje central, que parecía una enorme torre de la que salían numerosas vigas de madera a diferentes alturas, y que además giraban en diferentes direcciones. Justo en la cima, una cara conocida sonreía desde la altura, sosteniendo en sus manos algún objeto brillante que no conseguí distinguir.

Mi compañero comenzó a trepar con agilidad por las vigas, y supuse que buscábamos aquel objeto, así que le seguí. Pronto sentí mi cuerpo más ligero, y subí con más destreza de la que me esperaba, pero en cuanto alcancé al misterioso escalador, éste me golpeó con su pierna en la cara y caí unos cuantos pisos. -¿¡Será hijo de puta!?-pensé, y volví a subir, esta vez no me pillaría distraído.

Todo se movía cada vez más rápido, el objeto que se acercaba se iluminaba más y más... forcejeamos... ya estaba más cerca...