-Cuánto tiempo sin pasar por aquí-pensé, toda la plaza estaba igual que siempre. La misma luna que intentaba esconderse entre las pálidas nubes, las mismas gotas de lluvia entre los adoquines que centelleaban a la luz de los dorados faroles de siempre, el mismo gran paraguas.
Sin embargo, y esto es muy frecuente, no era del todo la misma plaza. Bueno, la misma plaza sí que era, pero, como para casi todo, algo había cambiado.
Habíamos comprado unas cuantas cervezas en el Campever’s para bebérnoslas en Umbrella Square, como siempre, bajo el gran paraguas.
A medida que la noche pasaba, el halo de la luna y las estrellas se iba haciendo cada vez más denso, y cada uno de los pocos que éramos en un principio iba abandonando su lugar para recorrer distintos bares en busca quizá de más acción o bebidas más fuertes. Pronto sólo quedamos Tiger Lily y yo.
No hablábamos de nada en concreto, las mismas palabras de siempre que, aunque sorprenda, eran siempre especiales y borrachas de cariño por su propia vida, por el mero deseo de que nunca dejásemos de pronunciarlas.
No recuerdo el momento en el que la vi… ¿quién si no iba a poder presentarse en una noche como aquella? Lorraine siempre aparecía cuando ya había conseguido olvidarme de ella. El corazón me dio un vuelco. Odio esa expresión porque a menudo se usa como hipérbole sin sentido, pero esa vez, como ya algunas otras, el mío intentó salirse de mi pecho, agitándose después con furia y escupiendo sangre ardiendo hacia mis sienes.
Intenté desviar la mirada -¡que no me vea!-pedí en silencio a las estrellas. Pero ya era tarde, ya estaba junto a nosotros blandiendo una desnuda botella de vino con tan sólo unos tragos en el fondo.
Nos saludamos y empezamos la misma conversación de siempre… ¡Cuánto tiempo! ¿Qué tal te va todo?... yo intentaba en vano no desearla, pero me resultaba imposible. Es ese brillo en los ojos que tal vez alguno ya habréis visto en otra persona. Ese vacuo resplandor a la vez tan lleno de pequeñas sensaciones en los dedos, de cuerdas invisibles que alzan las comisuras de los labios para esbozar una tímida sonrisa. Poco a poco nos fuimos quedando solos. Ella se levantó y me incitó a que la siguiera. Estaba claro que Tiger Lily no estaba invitada, y yo le consulté con la mirada qué debía de hacer. Me animó. -¡Ve con ella!-dijeron sus ojos titilantes.
Todo desapareció. -¿Qué carajo estoy haciendo?-dije para mis adentros. Me levanté, cogí a Lily de la mano y me alejé de Lorraine.
-¿Qué pasa, Paul? ¿Qué haces?-me preguntó Lily
-Sabes que llevo ya mucho tiempo esperando este momento.
-¡Por eso!-contestó-¿Qué haces desaprovechándolo aquí conmigo? ¡Ve! ¡Ve con ella!
-No digo ese momento. Tú estabas aquí, estás ahora, y sé que estarás después… y también sé que ella no estará cuando volvamos… nunca está.
25.1.11
La luna sobre Umbrella.
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por
'P. Lavilha
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5 comentarios:
Sí señor, eso es hacer las cosas bien. Ya enseñarás cómo coño se hace...
Qué jodida propensión tienen "esas" tipas a aparecer cuando más daño pueden hacerte...
Me suena Umbrella Square.
Lobo, no creo que pueda enseñarte nada. Yo no sé nada.
Y Prometeo, seguramente te suene, es un sitio que me inspira siempre.
Me gusta lo cotidiano del principio. Lo "mismo" de siempre.
Hacedor de relatos.
"Hacedor de ralatos", me gusta... ojalá lo fuera...
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