14.7.11

Bailar en la tormenta y otros poemas.

Hacía tiempo que no dejaba caer nada por estas páginas... diría que he estado de vacaciones, pero no se puede decir tanto aún. Digamos que estuve lejos de los tentáculos de la red y me tuve que pasar al clásico analógico de papel y lápiz.

El montón de hojas escritas cuyos textos estaban destinados aquí no es tan grande como me gustaría... ya ha pasado tiempo y no tienen demasiado sentido, así que, de momento, dejo aquí unos versos que he leído recientemente y algunas palabras que llovieron sobre mi cabeza.


Aquí fuera no hay nada
y está todo.
El cielo debe ser inmenso,
porque yo ni lo miro;
Tengo lo que quería tener
y no lo siento.
Aquí fuera no hay nada
que no esté dentro.


Eduardo Castaño

Vincent Van Gogh

Es una tormenta de verano.

Hace poco aprendí que tormenta no es algo malo, ni tétrico... es acción, es que ocurren cosas; y si se sabe cómo mirarla puede ser preciosa. Más en verano. Las frías gotas bailan entre los rayos del sol y brillan con más colores.

Quisiera salir a mojarme en la lluvia, saltar en los charcos y que los truenos hagan de percusión celeste para mi danza entre cuerdas de guitarra... caminar sobre esa cuerda, la cuerda floja... pero no puedo salir, tengo que esperar.

Me he quedado el último otra vez y no puedo saltar la verja. Espero que al abandonar esta prisión de cartón mojado la tormenta no haya pasado.

Me aburre que no haya nubes, sin ellas sólo soy tripas. Sólo soy aquel zorro atropellado en la carretera que espera a la noche eterna con respiración entrecortada y dolorosa.

Pero es difícil para mí bailar en la tormenta cuando hay alguien mirando. Por favor, esperad a que termine mi baile. Oh, Dios! Necesito a alguien que espere.


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