Para conocer a una chica no hace falta demasiado sexo.
(...) No quiero que crean ustedes que Jane era un témpano o algo así sólo porque nunca nos besábamos y todo eso ni nos enrollábamos mucho. No lo era. Por ejemplo, siempre nos cogíamos de la mano. No parece gran cosa, lo sé, pero para cogerle la mano era estupenda. La mayoría de las chicas a las que les coges la mano dejan la mano como muerta o creen que tienen que moverla todo el rato porque piensan que si no vas a aburrirte todo el rato o algo así. Con Jane era distinto. Íbamos al cine o algo así y enseguida nos cogíamos las manos y no nos soltábamos hasta que terminaba la película sin cambiar de posición ni darle una importancia tremenda. Con Jane ni siquiera tenías que preocuparte de si te sudaba la mano o no. Sólo te dabas cuenta de que eras feliz. Eras feliz de verdad.
(El guardián entre el centeno)
3.12.11
De la mano de Jane.
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6 comentarios:
Qué raro... Ahora que veo tu entrada, recuerdo ese extracto como si lo hubiese leído ayer. Cómo se nota cuando un libro es bueno, es que da gusto releer pedacitos de Salinger.
Muy evocador.
darle la mano y no necesitar nada más para ser feliz...
No he tenido el placer de leer El guardián entre el centeno, pese a que me lo han recomendado en numerosas ocasiones. Tras leer este pequeño fragmento, mi curiosidad se ve considerablemente alimentada. Quizás acabe leyéndolo en un futuro cercano :)
De los libros más recomendables que habré leído últimamente... no se puede pisar la tumba sin haberlo hecho.
Pues está claro que no. A mí me duró entre las manos un día, y entre los ojos lleva ya algunos años.
ese libro es muy bueno, yo lo recomiendo en versión original, que gana mucho ;)
un saludo Pablo!
Diva.
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