19.9.11

Dios nos odia a todos.

Me gusta imaginármelo de esta forma, algo así como en una recaudación de fondos o un evento por el estilo, lleno de elitistas y personajes famosos del mundillo literario. Un rollo de fiesta de ricachones asquerosos bañados en champagne con el mayordomo de la Presley paseándose con una imponente pirámide de  Ferrero Rocher.

Yo no soy exactamente yo, más bien una suerte de Hank Moody, en tiempos de bonanza, como en aquel relato, Convite, no sé si alguno se acuerda. Tal vez imaginármelo todo así no sea más que una sombra de las ganas de cierto éxito, de querer llegar a esas alturas para demostrarse a uno mismo que no es como aquella gentuza, no sé si me explico, supongo que un poco sí.

En esta fantasía no voy solo, pero a diferencia que en Convite, mi acompañante no es un florero. Es alguien que también tiene éxito en su mundillo particular, quizá tanto o más frívolo que en el que nos movemos ahora mismo. Creo que no haré alusión a este sector para evitar delatarme, ya sabéis, no tiene gracia si esa persona descubre que estoy hablando de ella, aunque, si lo pienso bien, tiene cierto morbo... pero... bueno ¿por dónde iba?... ¡Ah, sí! El caso es... el caso es que en esta fantasía yo soy yo pero algo cambiado, no mucho, no tanto como en Convite, donde la fama y el oro me apartan de mí mismo; pero ella... ella es igual. Por eso me gusta, porque no puedo inventarme un personaje para ella, ella es el propio personaje.

El final de la historia sería más o menos el mismo que en Convite, después de tiempos de apogeo, caída en picado a lo más bajo, lo que viene siendo tocar fondo, y después... supongo que después me convierto en lo que de verdad quería ser.

13.9.11

La Navaja de Ockham.


-¿Qué te pasa, Paul? ¿Sigues pensando en ella?-me preguntó Aurora con sus ojos verdes intentando encontrar una respuesta en los míos, absortos en la tercera botella de König Ludwig. De vuelta en Umbrella Square después de tanto tiempo, pero no estoy triste ni melancólico, ¿por qué iba a estarlo? Todo va bien… sí, todo va bien. Supongo que hay gente como Aurora que parece saber siempre en qué estoy pensando, aunque ni yo mismo era consciente de mis propios pensamientos.
-Pienso en por qué no sé irme de todo aquello, de volver a tropezar con la misma piedra siempre que me sale al paso… pienso en por qué se empeña en ser una piedra.-contesté al final, tras medir cuidadosamente mis palabras.
-A ver, no lo veas así-me respondió-Es mucho más complicado.
-¿Qué sabes de la Navaja de Ockham?-inquirí con desdén, y Aurora se quedó con un rostro vacilante sin saber qué contestar.
A estas alturas de la historia, yo ya estaba algo cansado del asunto. Quizás no lo entendáis, y probablemente ni hoy ni mañana me ponga a explicarlo. Ya en varias ocasiones he dado pistas, pero, no se equivoquen, son pistas falsas, relatos febriles nacidos de un juicio basado en las conjeturas y delirios que flotan en el rechazo, aún aparente.

Acuerdo nº3: “No hagas suposiciones”.

-¿Qué es la Navaja de Ockham?-decidió preguntarme al final, mientras yo seguía con mi búsqueda interior de más vocablos poco frecuentes, decidiéndome finalmente por ser claro.
-Pues que todo es más sencillo que todo eso… joder, si hasta es fácil hacer que las cosas sean complicadas, ya lo estás viendo. Nos pasamos la vida intentando hacerlo todo difícil porque ¿cómo iba a ser esto tan simple? El problema es que no nos fiamos ni del jodido Universo y claro, nosotros no podemos no tener razón. ¿Pues sabes qué? Me he roto la cabeza y no pienso con claridad, nunca lo he hecho. Así que, si todo es tan complicado como dices, procura que no salte al vacío si no sabe dónde quiere caer.

 

12.9.11

El Hombre de Negro


Quisiera hoy escribir algo sobre Johnny Cash, pero no me veo capaz de retratar su vida y su carrera de una manera que no me haga sentir vergüenza por la ignorancia, así que me limitaré a dejar aquí uno de sus vídeos en el que interpreta la canción de Nine Inch Nails 'Hurt', por el gran significado que tiene la letra de Trent Reznor en el contexto vital en el que estaba el Hombre de Negro... cansado, enfermo...

Me lastimé hoy, para ver si todavía siento algo. Me concentro en el dolor, la única cosa que es real. 
La aguja perfora un orificio, el viejo pinchazo familiar trata de matarlo todo pero yo recuerdo todas las cosas.  
¿En qué me he convertido? Mi viejo amigo, cada persona que conozco se aleja al final. Y tu pudiste tenerlo todo, mi imperio de suciedad.  
Te defraudaré y te lastimaré. 
Uso mi corona de mierda en mi trono de embustero lleno de pensamientos rotos que no puedo reparar 
(...)


Porque, ocho años después, aún no hay tumba que pueda albergar su cuerpo.

10.9.11

Pollo al curry.

Era una noche en la que, para variar, me fui con Anthony al barrio francés para cenar y tomar algo. Entramos en el Verre Brisé, no habíamos ido nunca antes, pero sabíamos que se comía y se bebía por unas pocas monedas. La verdad es que no me gustó desde el momento en el que puse un pie dentro, demasiado rosa para mi gusto, por no decir que estábamos a unos treinta grados en la calle y dentro del local la sensación térmica se multiplicaba. No estábamos en nuestro lugar, todo infestado de pijos degustando vinos de baja alcurnia jactándose de ser catadores expertos, sibaritas de pacotilla en bermudas y alpargatas, con sus camisas color pastel y sus colgantes de conchas de mar… en fin, creo que tomaré un poco de pollo al curry y una cerveza para empezar. Tony pidió lo mismo.

-Joder-dijo Tony mientras se palpaba el hombro derecho y el camarero nos abría las cervezas-estoy destrozado.
-¿Y eso?-contesté después de pegar el primer trago de espumosa.
-Hoy he estado ayudando a Frank, ya sabes, mi cuñado, con la mudanza.
-¡Ah, sí! ¿A dónde ha ido?
-Cerca de Argel Point. Me ha tenido cargando muebles todo el día.
-¿Argel Point? ¿Y cómo es que no habéis contratado una empresa de mudanzas?
-Cosas de Frank, decía que así la casa era más suya, como si la hubiera construido él mismo con sus manos de judío… más bien lo único que hizo fue indicarnos dónde dejar las cosas.
-Al menos te invitaría a algo, es lo típico cuando te ayudan con una mudanza ¿no?
-¿Por qué crees que estoy cenando aquí? El cabrón estará llenándose la barriga con el guiso de mi hermana mientras yo como curry barato en el antro más hortera de Nueva Orleans.
-Ya… bueno, no está mal… creo que voy a pedir otra cerveza… ¿quieres una?
-Casi mejor un poco de bourbon para aliviarme el hombro.
-Sí, bourbon… ¿por qué no? tomaré yo uno también.

Me acerqué a la barra y pedí las copas, las pagué junto con la cena y volví a nuestra mesa.

-¿No te sientes solo, Village?-me preguntó en cuanto le di su copa mientras se la llevaba a los labios.
-¿A qué te refieres?
-Bueno, ya sabes… Frank tiene a mi hermana, yo tengo a Bella, pero tú… nunca te he visto con ninguna chica en plan serio. ¿No serás…?
-¡No! ¿Yo? ¡No!-me reí-Sólo que… no sé, no estoy cómodo con pareja, demasiada presión para mí. Y no es que no lo haya probado, una vez viví con una novia que tuve allá en Louisville, pero no funcionó.
-¿Qué pasó?
-Llevábamos unos tres años saliendo, era perfecto. Ella estaba loca. Me encantaba. Nos fuimos a vivir juntos, todo siguió bien hasta que recibió una oferta de trabajo en Omaha. Se fue, sin más, sin consultarme, casi sin despedirse. Quizás por eso nunca la seguí, nunca la llamé. Tampoco lo hizo ella… ¿sabes? Creo que me tomaré otro bourbon.

3.9.11

Trigo introspectivo.

Otra vez siento que me falta algo, que se me ha ido algo.

Algún personaje de estos que ya he usado en varios relatos, al que últimamente no echaba de menos... y ya... pues ya no está.

Vino y se fue tantas, tantas veces... aún tengo más, siempre tendré más, pero es la que realmente presiona mis dedos contra cada tecla para formar cada sílaba, cada palabra... y no se me antoja ahora nada más que estar solo. Solo un rato. Que ningún corazón delator me haga perder los nervios. Que cada resaca sea en la soledad de mi cama con otro folio en blanco... esconder aquél cadáver, escapar de aquella isla...

Creo que soy imbécil... o quizá sólo sea feliz.