La gente se sienta al sol tranquila y alegre, la música suena baja, no queremos que se interrumpan las conversaciones, aún triviales, que amenizan este día.
El ambiente huele a humo y cerveza… una barbacoa sin más complicaciones. No hay parejas, pero nadie se siente solo. Se oyen los pájaros y el ruido de algún que otro coche que pasa por la calle y que nos devuelve un poco a la realidad evitando así que nos perdamos en la ensoñación estival.
Como un globo subiendo hacia el cielo… la gente lo mira hasta que se da cuenta de que no va a tener ningún obstáculo en su camino, y por envidia abandona el apoyo visual sin saber si realmente va a acabar explotando como todo. Si eso pasa… ¿dónde cae?
No importa, al dejar de mirar se da por hecho que ese trozo de plástico alcanza la gran meta sin preocuparse de lo que pase después.
Quisiera ser ese globo, pero estoy aquí sentado con bastantes cervezas de más, pero no pienso en las que llevo, soy feliz, sigo pensando en las que me quedan en la nevera.
¿Por qué no te gusta el final?
2 comentarios:
Cómo molan esos planes... (y menos mal que no has hablado de la canción de Georgie Dann).
¿Por qué clase de gentuza me has tomado?
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