Recuerdo en una ocasión, hace muchos años… sí, muchos. Ni
siquiera fue en esta vida. Cabalgaba yo por rojas praderas sobre mi caballo
indio Frisco, con su cuero blanco tan impuro y bello, impregnado de difuminados
lunares grises como las estrellas tristes y de grandes manchas geográficas de
color pardo. Entre las negras crines había enganchado cuentas y botones,
trenzas verdes, azules, amarillas, y una gran pluma de águila. Que una pluma de
águila adorne las crines de un caballo significa para mi tribu grandes honores,
pero, y esto es un secreto, lo cierto es que nosotros, Frisco y yo, somos
forajidos, desterrados, y nuestra pluma, es robada. Cabalgaba con un veloz
galope, cabalgaba para huir. Si nos atrapaban, mi cabellera se colgaría sobre
la hoguera ceremonial, y el pellejo de Frisco serviría de alfombra para el Gran
Jefe. Aún oigo el rítmico galopar de Frisco, aún lo siento, pero abro los ojos
y mi montura se torna balsa de palmeras en un verde mar de furia. Siento aún el galope en mis oídos, tanto como
la sal del agua mojando mi cara, pero abro los ojos y mi caballo tornado en
balsa ahora ha tornado en trono de mimbre. Mis dedos se precipitan entre un
negro teclado conformando un camino de letras sobre una blanca luz. Parpadea
aquel soldado negro, firme siempre aunque fútil. Soy un jinete navegando entre
palabras y no logro saber si de verdad estoy aquí. Me alegro de haber robado
aquella pluma, no es sólo una simple pluma.
*dibujos propios.
3 comentarios:
cara de culo, me gusta todo lo que escribes por ser tuyo.
¿que más da que lo lea hoy o ayer?
¿que es el tiempo?
si sabes que al finallll...
hacemos caminos del bosque juntos ;)
te mataré un día phaaaaaaharo loco
Permite mi atrevimiento, pero tus dibujos me impresionaron :)
¿En serio? Yo no pienso que sean para tanto jeje... y no es ningún atrevimiento, agradezco cualquier comentario.
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