Empezamos algo más tarde porque hubo mucho lío para encontrarla... no se me dan bien estas cosas, me pongo muy nervioso. El cabrón me lo dió en medio de la calle, y mi corazón saltó de golpe estrellándose contra mis costillas. -¡Aquí no!- dije, y el sonrió y me dijo: Bueno, nos vemos que tengo prisa, tengo que ir al piso franco.-
Me libré de la carga un rato después, y paramos a tomar un bocado rápido con unas cañas.
-R vámonos ya
-Espera, vamos a invitarle a una caña que nos dejó la cámara.
-¿Tu sabes lo que llevo en los huevos?
-Ten la mochila, guárdala ahí.
Hubo más perlas, pero me acuerdo de unas contadas. ¡Qué mareo! ¿Cómo estarán los otros? Y me río al ver sus ojos rojos y orientales.
-¿Oíste el timbre?
-¿Qué timbre?
-Llaman a la puerta.
-Yo no he oído nada...
Se quemó un poco la cebolla, y las tortitas no necesitaban tanto, tanto aceite...
¿Eran golondrinas o murciélagos? Pasaban zumbando...
-¿Por qué no se mueve?
-Parece que está mestruando...
Y la luna está preciosa... ¿Quién sería el genio que la puso ahí?
23.5.10
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1 comentario:
Seguro que eran golondrinas...
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