-Joder-dijo Tony mientras se palpaba el hombro derecho y el
camarero nos abría las cervezas-estoy destrozado.
-¿Y eso?-contesté después de pegar el primer trago de
espumosa.
-Hoy he estado ayudando a Frank, ya sabes, mi cuñado, con la
mudanza.
-¡Ah, sí! ¿A dónde ha ido?
-Cerca de Argel Point.
Me ha tenido cargando muebles todo el día.
-¿Argel Point? ¿Y
cómo es que no habéis contratado una empresa de mudanzas?
-Cosas de Frank, decía que así la casa era más suya, como si
la hubiera construido él mismo con sus manos de judío… más bien lo único que
hizo fue indicarnos dónde dejar las cosas.
-Al menos te invitaría a algo, es lo típico cuando te ayudan
con una mudanza ¿no?
-¿Por qué crees que estoy cenando aquí? El cabrón estará llenándose
la barriga con el guiso de mi hermana mientras yo como curry barato en el antro
más hortera de Nueva Orleans.
-Ya… bueno, no está mal… creo que voy a pedir otra cerveza…
¿quieres una?
-Casi mejor un poco de bourbon para aliviarme el hombro.
-Sí, bourbon… ¿por qué no? tomaré yo uno también.
Me acerqué a la barra y pedí las copas, las pagué junto con
la cena y volví a nuestra mesa.
-¿No te sientes solo, Village?-me preguntó en cuanto le di
su copa mientras se la llevaba a los labios.
-¿A qué te refieres?
-Bueno, ya sabes… Frank tiene a mi hermana, yo tengo a
Bella, pero tú… nunca te he visto con ninguna chica en plan serio. ¿No serás…?
-¡No! ¿Yo? ¡No!-me reí-Sólo que… no sé, no estoy cómodo con
pareja, demasiada presión para mí. Y no es que no lo haya probado, una vez viví
con una novia que tuve allá en Louisville, pero no funcionó.
-¿Qué pasó?
-Llevábamos unos tres años saliendo, era perfecto. Ella estaba
loca. Me encantaba. Nos fuimos a vivir juntos, todo siguió bien hasta que
recibió una oferta de trabajo en Omaha. Se fue, sin más, sin consultarme, casi
sin despedirse. Quizás por eso nunca la seguí, nunca la llamé. Tampoco lo hizo
ella… ¿sabes? Creo que me tomaré otro bourbon.
1 comentario:
Hay tantas que se van sin despedirse...
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