Hoy es uno más de esos días en los que me siento en mi trono
de mimbre frente al teclado dispuesto a escribir una historia genial y las
palabras simplemente no brotan. Y sin embargo, otros días mis ojos buscan
desesperadamente un bolígrafo con el que apuntar algo y la desidia paraliza mis
músculos e impide que pueda levantar el culo del puto sofá.
He decidido escribir sobre eso, pero no creo que me den un
Planeta por ello. Imaginaos: “Paul Village, ganador del Planeta por escribir
sobre cómo un escritor no escribe”. Con el dinero me compraría un par de
cervezas y tal vez ayude a niños pobres y salvaría alguna especie en extinción.
La vida del escritor siempre pasa por momentos buenos y
momentos malos; y yo, los que he vivido no son ni buenos ni malos, yo no soy
escritor ¿os engañé? No lo creo… cualquiera puede juntar dos palabras, o incluso
diecisiete, pero no te hacen santo por no haber roto un plato ¿no?
Alguna vez me han aplaudido por alguno de mis párrafos pero,
no sé, me recuerda mucho a cuando tu abuela te dice que eres el niño más guapo
del mundo o algo así.
Prefiero mirarme al espejo y decirme “¿Y ahora qué?”
y sonreírme.
2 comentarios:
Tu abuela no es imparcial, yo creo serlo e incluso capaz de distinguir lo normal, lo regular y lo destacable.
Escribes de puta madre, ya despertarán las musas.
Gracias, por un momento pensé que me estabas llamando guapo jaja
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