1.12.13

Joroschó.

         Todo parece tan obvio que no merece la pena cuestionarse esto y aquello como un simio preguntón y desorientado. Las manos en el suelo, con el delicioso samsara que nos mata de risa. Un tipo me dijo: ¿Sabes por qué me gusta tanto ir a mear? Porque son los únicos momentos en los que me siento relajado de veras y mi cuerpo se vacía. Y fue entonces cuando me percaté de que el tiempo también pasa para el resto.

         Jugando con las vocales un minino sonriente me preguntó que quién era yo. ¿Yo? Yo sólo sé quién quiero ser. Dicen que sólo con eso no vale, pero también que todo son etapas, y ahora mismo yo soy ésta. Mira a ese gato encaramado entre las ramas que se ve por mi ventana ¿Acaso no es un motivo de alegría tan justificado como un cumpleaños o algo así? Las suelas de nuestros zapatos brincan y hacen cabriolas sobre una loca roca preciosa que da vueltas en torno a una estrella cualquiera, ¿Cómo no nos vamos a reír?

Wassily Kansinsky.