[Leer con la cabeza al revés]
No
existiendo arriba ni abajo ni a la izquierda ni a la derecha sino sólo
alrededor es difícil de veras tener la cabeza al revés y se piensa con tanta
claridad que al final te descuidas y te enredas otra vez. Como muchas veces que
nos duele y no sabemos dónde o los árboles no nos dejan ver el bosque y
acabamos encontrándonos a nosotros mismos de espaldas y hay que silbar para
avisarnos. O una víbora que se traga su propia cola y en un santiamén desaparece
de la vista y se va dónde. He creído alguna vez que miramos hacia adentro sin
lente alguna pero sólo de reojo y del susto me eché a reír y el suelo volvió a
ser el cielo.