7.4.12

Los charcos sucios.


Tanto quiso nevar el cielo… y sólo para dejar charcos sucios en el frío asfalto. Como el cable que no me atrevo a cortar, se le ve distraído, ajeno al resto del mundo, aunque quizás porque es éste mundo el que ignora los globos de colores que apenas son manchas en la blanca cúpula de abril. El hielo se derrite, sube la marea y todo desaparece; pues hay que darse prisa entonces, prisa por conocer, por ver, por amar. Y son más fáciles de amar todas esas ilusiones que alumbran el techo de un cuarto vacío cuando aún no ha despuntado el día. Creo haber vivido tantas vidas… que sonrío complacido cuando pienso en que aún estoy en la primera, además de bien temprana. No te preocupes -me digo a menudo- todo llega con las cinco letras de un Sorri y con seguir caminando.

Me imagino ahora como un astronauta en órbita, desde arriba se ve todo, aunque con menos detalle; en esencia observo que no estoy solo, pero aún así… ¿sabes? como si en vez de oxígeno mi bombona estuviese llena de dudas e incertidumbre.

Pero de momento todo va bien, supongo, sí, me gusta pensar eso… lo cierto es que sólo pienso en que va a ir mejor, así me quito las legañas cada mañana en calcetines.

-Olvidaste el tercer acuerdo -me dijo el techo sobre mi cama-, te has dejado llevar por mareas siniestras que ni siquiera son de agua, sino de polvo, basta tan sólo un pequeño soplo para deshacerlas y tú ahí abajo, lamentándote bajo las sábanas.

Tal vez la nieve ha empañado mis ventanas y apenas alcanzo a ver lo que mi peor enemigo, yo mismo, se inventa y escupe como pestilentes fangos en mis oídos… pero bueno, cada mañana, en calcetines, me los limpio con sendos bastoncillos y se van con las legañas. Es por eso que pienso que habita un feo monstruo bajo mi cama. Aún no me he asomado para cerciorarme. No me atrevo.

Pues al final me olvidé el libro abierto sobre la mesilla durante toda la noche y crecieron toda clase de líquenes y trepadoras, como después de un largo verano colmado de días de sol y tormentas. Llenaré mi maleta de lo que sea y me iré descalzo a cualquier lugar, y tal vez así encuentre Paz.

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