Tanto quiso nevar el cielo… y sólo para dejar charcos sucios
en el frío asfalto. Como el cable que no me atrevo a cortar, se le ve
distraído, ajeno al resto del mundo, aunque quizás porque es éste mundo el que
ignora los globos de colores que apenas son manchas en la blanca cúpula de
abril. El hielo se derrite, sube la marea y todo desaparece; pues hay que darse
prisa entonces, prisa por conocer, por ver, por amar. Y son más fáciles de amar
todas esas ilusiones que alumbran el techo de un cuarto vacío cuando aún no ha
despuntado el día. Creo haber vivido tantas vidas… que sonrío complacido cuando
pienso en que aún estoy en la primera, además de bien temprana. No te preocupes
-me digo a menudo- todo llega con las cinco letras de un Sorri y con seguir caminando.
Me imagino ahora como un astronauta en órbita, desde arriba
se ve todo, aunque con menos detalle; en esencia observo que no estoy solo,
pero aún así… ¿sabes? como si en vez de oxígeno mi bombona estuviese llena de
dudas e incertidumbre.
Pero de momento todo va bien, supongo, sí, me gusta pensar
eso… lo cierto es que sólo pienso en que va a ir mejor, así me quito las
legañas cada mañana en calcetines.
-Olvidaste el tercer acuerdo -me dijo el techo sobre mi cama-,
te has dejado llevar por mareas siniestras que ni siquiera son de agua, sino de
polvo, basta tan sólo un pequeño soplo para deshacerlas y tú ahí abajo,
lamentándote bajo las sábanas.
Tal vez la nieve
ha empañado mis ventanas y apenas alcanzo a ver lo que mi peor enemigo, yo
mismo, se inventa y escupe como pestilentes fangos en mis oídos… pero bueno,
cada mañana, en calcetines, me los limpio con sendos bastoncillos y se van con
las legañas. Es por eso que pienso que habita un feo monstruo bajo mi cama. Aún
no me he asomado para cerciorarme. No me atrevo.
Pues al final me olvidé el libro abierto sobre la mesilla
durante toda la noche y crecieron toda clase de líquenes y trepadoras, como
después de un largo verano colmado de días de sol y tormentas. Llenaré mi
maleta de lo que sea y me iré descalzo a cualquier lugar, y tal vez así
encuentre Paz.
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