22.5.12

Poesía del azul.


Erase una vez un jardín. Estaba cercado por claras hayas y por un cristalino riachuelo por el lado norte. Yo había levantado un par de tapias de ladrillo para servirme de refugio. No había más techo que la oscura cúpula plagada de estrellas en la noche. Y el colchón de plumas apenas conocía el tacto de mi dormir, pues yo prefería acomodarme en el trono de mimbre en el porche.
En aquel jardín era harto difícil encontrar cierto orden, los árboles se revolvían entre los arbustos y las flores, y el viento lo mecía todo con una tibia canción.
* * *
La oscura fábrica de nubes grises con todos sus engranajes chirriando entre la turba urbana. Bujías incandescentes girando ruedas y trasladando cuerpos. Despreocupada inquietud en los pasos de las masas de maletines y sombreros y corbatas sin saber cuándo tirarán la bomba, sin saber cuándo serán vaciados de oscuridad. Siete escalones de cuero nos separan del infierno, espera por mí, y ten cuidado. El trance de la máquina dura cientos de años, cientos de sueños, cientos de colores diferentes y de diferentes lágrimas. Brillante, todo, el silencio es brillante. La polvorienta luz brilla con el acero y se refleja en un humo ocre de atardecer otoñal y vida envejecida.
* * *
Ella espera en una habitación empapelada con motivos florales en tonos bermellones iluminada por una vieja y destartalada lámpara. Está sentada en uno de los dos sillones azules junto a la puerta, inclinada hacia adelante, con los codos apoyados sobre las rodillas y la cabeza descansando sobre la mano derecha. Mira hacia adelante, pensativa, con un rubio mechón cruzando oblicuo su rostro. El tiempo pasa y se las lleva.
* * *
Un surco carmín atravesando su tez blanca como un río de sangre en la nieve. No sé en qué piensas, no he visto tus ojos. Sólo atardeceres en la orilla del mar y casas de cal.

2 comentarios:

Soraya Bruxa Moura dijo...

todo lo que empieza con "érase una vez..." no defrauda, el mechón rubio...qué bonita estampa, qué real.


Siempre hablas a la orilla del mar, no sabes que envidia me das.

Schmetterling! dijo...

Genial la entrada:)
Cuentos así dan gusto!

Muaa