Con la cabeza baja, mirando al suelo, no se piensa bien. Por
eso decidí poner la vista en el fondo de un vaso de scotch y no pensar en nada. Un tipo joven llamado Todd está de barman, es su primera noche. No durará
mucho —Disculpe, señor —me dice—, es usted aquel escritor ¿verdad? El de los
cuentos del flautista de Pan. —Sí, creo que sí —Contesto absorto— hace tiempo
que no soy nada. —Entiendo cómo se siente —afirma Todd, con una sonrisa en los
labios y una mirada suspicaz—, créame. Llevo más tiempo en esto de lo que pueda
parecer por mis sonrosadas mejillas. Lo que pasa es que hace tiempo que no le
cuentan cuentos al cuentacuentos.
No hace tanto tiempo de la última vez. Fue una pequeña hada
del bosque entre ensoñaciones, yo pasaba una mala época… me susurró al oído. Dijo:
«Oja, hhija, hoja.
Hoja en blanco, blanco pensamiento. Si eres un hipopótamo da tres vueltas a la
manzana y el avestruz asomará la cabeza con una flauta en los labios. “Oye”,
dijo el cocodrilo mostrando la hilera de sus dientes en una mueca burlona,
“Para que salgan las notas estaría bien que antes respirases”. Y el diente de
león se dispersó en mil segmentos bajo la brisa de verano proveniente de
África».
2 comentarios:
Yo era mucho de scotch on the rocks pero ahora soy más de gin, supongo que me hago mayor.
Bonito delirium tremens.
Mis hojas en blanco no siempre llevan blancos pensamientos.
Supongo que son malas épocas para todos...
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