Necesito algo para empezar… es una idea, algún día, en mis lágrimas, mis
sueños... la descubrí bien poco a poco, como esos detalles de cualquier
cosa que aprecias cuando la has estado observando durante un tiempo. Una
cáscara de huevo perfectamente esférica, como una pelota de ping pong y tan
blanca, me entró por la pupila un día que ya no recuerdo y se me enganchó aquí detrás,
entre los ojos y el pelo, justo encima de la campanilla, y por eso no podía
tragar bien —y ni con gárgaras se me pasaba—. Ya sólo hicieron falta un par de
susurros brillantes con olor a terciopelo y musgo verde musgo para que
eclosionase sin dolor, como el parto de una pompa de jabón, como el
alumbramiento de las motas de polvo. Así empecé a jugar al dominó en silencio,
cuando todos dormían y yo cerraba los ojos para disimular. Y así pasé los días,
tan oscuros como cálidos, curando un corazón demasiado blando para haberse
roto.
Y ese mamífero enmarañado me pone
contento ahora. Ver cómo intenta hacer equilibrios por ramas invisibles para
intentar cruzarse en tu camino y que parezca una inesperada coincidencia, cómo
imagina fuegos artificiales y espirales fabulosas y joroschó con un tibio rubor
detrás de las orejas, cómo pierde la mente escuchando el eco de las alondras y
los tímidos aleteos que se confunden con los latidos aparentes de las cosas.
Es
una idea, algún día…
2 comentarios:
"Y así pasé los días, tan oscuros como cálidos, curando un corazón demasiado blando para haberse roto."
Esta man cantao.
Muy bueno, sin grandilocuencias innecesarias, y directo a lo más íntimo.
Muchas gracias, la verdad ye que no me parecía para tanto hasta ahora que lo he vuelto a leer :)
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